13 de marzo de 2012

Filosofía: Acerca de Giordano Bruno.

Sigue vigente pensamiento de Giordano Bruno ante los fundamentalismos

Reconoce fraile dominicano que la idea de creer en la verdad absoluta provoca la muerte de la propia religión, ciencia, filosofía, etc.





A 412 años de que Giordano Bruno fuera quemado en la hoguera acusado de herejía por la Santa Inquisición, su pensamiento es aún vigente frente a la embestida de los fundamentalismos (entre ellos el religioso), que creen poseer la verdad absoluta, afirmó el profesor Nuccio Ordine.

En entrevista, Ordine, uno de los máximos expertos mundiales en la obra del filósofo, escritor y fraile dominicano italiano, resaltó que existe un creciente interés internacional en Bruno, como lo demuestran las nuevas traducciones de sus escritos en varios idiomas, incluido el chino.

"En este momento estoy coordinando las traducciones de Bruno en China, en Japón, en Rusia, en Brasil, en Rumania, en Polonia, en España. Hay un interés planetario por la obra de Giordano Bruno", destacó.

Consideró que probablemente ello se debe a que temas que Bruno fundó están todavía a la orden del día, como el religioso, pues el filósofo nacido en 1548 en Nola -sur de Italia- vivió en el Renacimiento el drama y la tensión de las guerras de ese cariz que ensangrentaron a Europa.

"Bruno comprendió lo que es el fundamentalismo, es decir que la idea de poseer la verdad absoluta en religión o en cualquier campo, como la ciencia o la filosofía, provoca la muerte de la propia religión, la muerte de la ciencia, la muerte de la filosofía", subrayó el experto.

Resaltó que el fraile quemado en la hoguera de la plaza Campo dei Fiori de Roma, el 17 de febrero de 1600, combatió la idea de que existe una sola verdad absoluta, pues para él significaba una búsqueda continua.

"Para Bruno la vida del filósofo es ir en busca de la verdad que se le escapa continuamente. Su posición es contra los fundamentalismos religiosos, contra una idea de verdad absoluta, que es una cosa de gran apertura" vigente en el mundo actual, dijo Ordine.

Dijo que a diferencia de lo que dicen pensadores que creen poseer la verdad absoluta, y quienes consideran nihilistas a los enemigos de ésta, Bruno planteaba la búsqueda de la verdad también como diálogo y tolerancia frente al otro.

Acotó que la prueba de que Bruno no era un nihilista fue su propia muerte, en la hoguera, a la que fue condenado por defender sus ideas.

Para el autor de obras como "El umbral de la sombra" (publicada en español), el problema es que cuando alguien cree poseer la verdad se siente autorizado a imponerla con la fuerza "por el bien de la humanidad".

En ese sentido, "Bruno consideraba que no existiendo una verdad absoluta, el hombre debe aprender a convivir con la multiplicidad y entonces debe aprender a dialogar con los otros", resaltó el experto, que ha impartido cátedra en universidades de alto prestigio como las de Yale, Harvard o Sorbona, además de ser profesor en la de Calabria.

Dijo que otro tema actual tratado por Bruno es el de la autonomía de la filosofía y la ciencia respecto a la religión, lo mismo que afirmaba que para conocer la naturaleza era necesario mirarla naturaleza y explicarla "iusta propria principia" (en palabras del filósofo renacentista Bernardino Telesio) y a nada más.

Indicó que otro punto importante por el cual Bruno es de gran actualidad tiene que ver con la unidad del saber, de la que fueron representante personajes como Leonardo Da Vinci o Miguel Angel Buonarrotti, que eran al mismo tiempo pintores, escultores, científicos o arquitectos.

"Bruno decía que si separamos los saberes se pierde una visión unitaria y global del universo, por lo que la ultra especialización, que es hoy un serio riesgo que corremos, lleva a una concepción del saber fuertemente especializado que estudia lo particular, pierde de vista lo universal", acotó.

Pero Bruno también se refirió a la filosofía como un modo de vivir y, según Ordine, "actualmente nuestro drama es que hay una escisión profunda entre el pensamiento, lo que yo pienso, y lo que yo soy".

Para el experto ello es muy evidente en el mundo de la política, en el que se habla de mérito, de honestidad y luego resulta que los políticos se comportan exactamente al contrario de lo que predican.

Igualmente, aseguró, vio con claridad que la filosofía y el pensamiento no pueden ser sometidos al dinero y a la ganancia, sino que deben ser libres, pues cuando los filósofos comienzan a ser pagados y a estar al servicio de un interés, ello significa el fin de la filosofía.

"Esto es vigente, porque cuando la ciencia no es libre porque los gobiernos se desentienden de la llamada investigación de base y piden a las universidades financiarse privadamente, significa que la investigación se pone al servicio de la tecnología y del mercado", concluyó.

Giordano Bruno (1548-1600), filósofo y poeta renacentista italiano, estudió en la orden de predicadores la filosofía aristotélica y la teología tomista, pero los abandonó en 1576 para evitar un juicio en el que se le acusaba de desviaciones doctrinales e inició una vida errante que le caracterizaría hasta el final de sus días.

Visitó Génova, Toulouse, París y Londres, donde residió dos años, de 1583 a 1585, su periodo más productivo, al escribir La cena de las cenizas, Del universo infinito y los mundos, Sobre la causa, el principio y el uno y Los furores heroicos. Posteriormente reinició su errancia, que lo llevó a París, Marburgo, Wittenberg, Praga, Helmstedt y Frankfurt.

Su siguiente parada fue su tierra, Italia, donde fue denunciado ante la Inquisición de herejía, de lo que tras un largo proceso fue sentenciado a morir en una pira en Campo dei Fiori, Roma.


(La jornada en línea, México, marzo de 2012)