6 de julio de 2016

Filosofía y Etica: Heráclito

Heráclito vivió en Éfeso, a finales del siglo VI y principios del V antes de nuestra era. Es autor de la obra Acerca de la naturaleza que contiene aforismos y sentencias breves y tajantes.
Su estilo, por la falta de claridad de algunas de sus expresiones fue calificado de oscuro. 


El tiempo es lo decisivo en el mundo. Estamos hechos de tiempo, en el fondo, se podría decir que es lo esencial. Aunque el lógos es permanente, según Heráclito. El cambio incesante de todo no significa que la continua transformación de la realidad sea la nada. Afirma que todas las cosas son una. Y escribe también que: “Conviene saber que la guerra es común a todas las cosas y lucha es la justicia, y que todo se engendra y muere mediante lucha.

Ciertamente, para Heráclito la realidad es una, pero, al mismo tiempo, considera que es múltiple. El Uno existe en lo múltiple. Es la Identidad en la diferencia. Piensa que la esencia de todas las cosas es el fuego. Como escribe Heráclito: “Todas las cosas se transforman en fuego y el fuego en todas las cosas, lo mismo que se cambia el oro por las mercancías y las mercancías por el oro”. Son explicaciones que pretenden ser racionales, pero que no aciertan a descubrir los detalles de los cambios de la naturaleza de un modo científico. Algo entendible, si se considera que el estado de las ciencias naturales, etc., era todavía muy básico, y meramente basado en observaciones no muy profundas, por la falta de desarrollo de la ciencia en su época.

El lógos es para Heráclito la racionalidad y el ser mismo del mundo, y lo rige todo. Destaca la importancia de la investigación  que no se conforma con las simples apariencias de las cosas. Debe buscarse  la verdad y la comunicación con los semejantes. De hecho, el pensamiento o noesis y la fronesis o prudencia para la vida son esenciales para los hombres.

Heráclito no es un pensador optimista, ya que, a diferencia de Hegel, que considera a la realidad en paz consigo misma, mantiene un planteamiento filosófico pesimista. Porque es consciente que es sueño o ilusión ignorar que la lucha y la discordia es lo que constituye la realidad de las cosas del mundo.

Según este filósofo presocrático, la investigación interior no acaba nunca. Para él este mundo  es eterno y el  cambio es un intercambio que no cesa  con el fuego.

José Manuel López García, "Las nueve musas", artes, ciencias y humanidades.