19 de noviembre de 2011

La Ética de la Informática (EI) es una nueva disciplina que pretende abrirse campo dentro de las éticas aplicadas y que ha emergido con fuerza desde hace unos pocos años en el mundo anglosajón. El origen remoto de la EI está en la introducción cada vez más masiva de los ordenadores en muchos ámbitos de nuestra vida social, cada vez más computarizada. Muchas profesiones reivindican para sí una ética particular con la cual pueden regirse ante los problemas morales específicos de esa profesión o actividad ocupacional. La existencia de la EI tiene como punto de partida el hecho de que los ordenadores suponen unos problemas éticos particulares y por tanto distintos a otras tecnologías. En la profesión informática se quiere pasar de la simple aplicación de criterios éticos generales a la elaboración de una ética propia de la profesión. Los códigos éticos de asociaciones profesionales y de empresas de informática van en esa dirección.
El plantear una disciplina como la EI implica salir al paso de afirmaciones como "la ética no tiene nada que ver con los ordenadores" o "no hay una ética especial para los informáticos". Realizar la primera afirmación supone no reconocer los dilemas éticos en las tareas del informático que son potenciados por el mismo desarrollo tecnológico. Contrarrestar la segunda afirmación, en cambio, supone demostrar que sí hay necesidad de una ética especial para los informáticos. Así como otras ciencias y profesiones han tenido siglos para desarrollar conceptos éticos con los cuales tratar sus problemas (entre ellos, los provocados por las nuevas tecnologías), las tecnologías de la información llevan sólo unas pocas décadas de existencia para crear, como otras disciplinas lo han hecho, sus propios estándares éticos.

Definición:

La definición más restrictiva de la EI es el considerarla como la disciplina que analiza problemas éticos que son creados por la tecnología de los ordenadores o también los que son transformados o agravados por la misma, es decir, por las personas que utilizan los avances de las tecnologías de la información. Algunos de los autores se plantean si la cambiante sofisticación tecnológica plantea nuevos dilemas éticos o si las cuestiones éticas permanecen constantes.
Otras definiciones de la EI son mucho más amplias. No se reducen a un nuevo campo de ética aplicada sino que, por ejemplo, en Moor, la EI es el análisis de la naturaleza y el impacto social de la tecnología informática y la correspondiente formulación y justificación de políticas para un uso ético de dicha tecnología. La EI estaría relacionada con los problemas conceptuales y los vacíos en las regulaciones que ha ocasionado la tecnología de la información. El problema es que hay una falta de reglamentación en cómo utilizar estas nuevas tecnologías que posibilitan nuevas actividades para las cuales no hay o no se perciben con nitidez principios de actuación claros. Las personas con responsabilidades en el área de diseño o gestión de sistemas de información cada vez han de tomar más decisiones sobre problemas que no se resuelven con lo legal y lo cuasi-legal (reglamentos, manuales de procedimiento de las empresas, etc.) sino que rozan lo ético mismo. La tarea de la EI es aportar guías de actuación cuando no hay reglamentación o cuando la existente es obsoleta. Al vacío de políticas se añade generalmente un problema de vacío conceptual. Por ello la EI también ha de analizar y proponer una marco conceptual que sea adecuado para entender los dilemas éticos que ocasiona la informática.
Otra definición más englobante viene de Terrel Bynum, que basándose en Moor, define la EI como la disciplina que identifica y analiza los impactos de las tecnolo-gías de la información en los valores humanos y sociales. Estos valores afectados son la salud, la riqueza, el trabajo, la libertad, la democracia, el conocimiento, la privacidad, la seguridad o la autorrealización personal. En este concepto de EI se quieren incluir términos, teorías y métodos de disciplinas como la ética aplicada, la sociología de los ordenadores, la evaluación social de las tecnologías o el derecho informático.
Los que escriben sobre esta materia no tienen como objetivo adoctrinar o hacer proselitismo sobre una manera concreta de pensar tratando de transmitir un con-junto de valores concretos. La intención es incorporar una conciencia social rela-cionada con la tecnología informática y también ayudar a los informáticos a utilizar los ordenadors no solo con eficiencia sino con criterios éticos . El objetivo es tomar decisiones sobre temas tecnológicos de manera consistente con la afirmación de los propios valores que uno profesa o con los derechos humanos en general.
Para ello esta disciplina se plantea varios objetivos intermedios. Por un lado, descubrir y articular dilemas éticos clave en informática. Determinar en qué medida son agravados, transformados o creados por la tecnología informática. Ante los dilemas éticos que ocasiona la informática, analizar y proponer un marco conceptual adecuado y formular principios de actuación para determinar qué hacer en las nuevas actividades ocasionadas por la informática en las que no se perciben con claridad líneas de actuación. Por último, siempre se pretende un análisis ético de casos realistas y significativos.
Para realizar lo anterior, la EI pretende tener en cuenta dos aspectos. Por un lado, utilizar la teoría ética para clarificar los dilemas éticos y detectar errores en el razonamiento ético. Por otro, colaborar con otras disciplinas en ese debate, siendo conscientes de los puntos de vista alternativos en las cuestiones referentes a valores y sabiendo discriminar en los distintos casos entre las consideraciones éticas y las técnicas.
Sin embargo, la EI puede ir más allá. No solo proponer principios de actuación y ver qué valores son afectados sino reconsiderar valores que son de hecho asumidos. Por ejemplo, el software supone un tipo de propiedad que no encaja perfectamente en el concepto de propiedad tradicional. La EI puede analizar qué tipo de propiedad es el software, pero puede plantearse un debate más profundo preguntándose por qué ha de existir propiedad intelectual. Esto supone plantearse de manera nueva valores antiguos y reconsiderar su vigencia.

LOS CÓDIGOS DEONTOLÓGICOS EN INFORMÁTICA


Las asociaciones de profesionales de informática y algunas empresas relacionadas con la informática han desarrollado códigos de conducta profesional. Estos códigos tienen distintas funciones:
- el que existan normas éticas para una profesión quiere decir que un profesional, en este caso un técnico, no es solo responsable de los aspectos técnicos del producto, sino también de las consecuencias económicas, sociológicas y culturales del mismo.
- sirven también como un instrumento flexible como suplemento a las medidas legales y políticas, ya que éstas en general van muy lentas comparadas con la velocidad del desarrollo de las tecnologías de la información. Los códigos hacen de suplemento a la ley y sirven de ayuda a los cuerpos legislativos, administrativos y judiciales.
- sirven como concienciación pública, ya que crear unas normas así hace al público consciente de los problemas y estimula un debate para designar responsabilidades.
- estas normas tienen una función sociológica ya que dan una identidad a los in-formáticos como grupo que piensa de una determinada manera; es símbolo de sus estatus profesional y parte de su definición como profesionales.
- estas normas sirven también como fuente de evaluación pública de una profesión y son una llamada a la responsabilidad que permiten que la sociedad sepa qué pasa en esa profesión; aumenta la reputación del profesional y la confianza del público.
- en las organizaciones internacionales estas normas permiten armonizar legislaciones o criterios divergentes existentes (o ausentes, en su caso) en los países individuales.
Sin embargo, la crítica que se hace a estas asociaciones en que han hecho poco por hacerlos cumplir, por imponer sanciones si no se cumplen o por comprobar si se aplican o si son relevantes o pertinentes. De hecho hay códigos que no son conocidos por los miembros de sus profesiones y menos por sus clientes. Parker denuncia que tampoco se reinterpretan, es decir, que exceptuando las situaciones más obvias, que son a las que hacen referencia estos códigos, no se sabe casi nada de la eticidad de la mayoría de las acciones en las que se mueven los informáticos. En general, también suelen faltar las medidas disciplinares, necesarias cuando las actividades de un miembro están en conflicto con la letra o el espíritu del código. También se critica que muchos códigos son el fruto del pensamiento tecnológico de los países desarrollados que no tienen en cuenta diferencias en valores sociales y culturales. Incluso hay asociaciones feministas que opinan que los códigos éticos de las asociaciones de informáticos reflejan valores denominados "masculinos" pues son códigos "creados por profesionales varones para técni-cos varones". En general los códigos no atienden a los grandes temas éticos de justicia a los que nos enfrentamos en nuestro tiempo: desigualdad económica, desempleo, pobreza, racismo, opresión del tercermundo... La relación de estos problemas con las tecnologías de la información no es directa, ni unívoca ni de una forma en la que haya un consenso global pero al menos sí se admite que los ordenadores y las telecomunicaciones, al ser ya parte de nuestra vida colectiva, pueden y deben aportar algo en estos problemas.
El que las asociaciones de profesionales de informáticos busquen códigos de ética que les obliguen a un modo de actuar tiene algo de positivo. Quiere decir que en esta sociedad tecnocrática los técnicos se están haciendo conscientes de las consecuencias de su trabajo. Son los informáticos los que conocen en profundidad la naturaleza de los sistemas informáticos, la verdad sobre los sistemas de seguridad, los posibles daños por un mal uso del sistema y la verdadera intención de sus usuarios. Para evitar confusiones sobre la relación entre la profesión y la sociedad hay que responder adecuadamente a ¿a qué fin o bien sirve un informático? ¿cómo es el proceso de toma de decisiones en la relaciones entre tu profesión y la finalidad a la que dices servir?. Los códigos son un paso en la concienciación de las sociedades y organizaciones que quieren mejorar situaciones en las que los impactos sociales del desarrollo tecnológico no se tienen en cuenta. No tienen que duplicar lo que ya existe en la ley. La ley trata de la legalidad de las prácticas sociales, es normativa por definición y se impone con sanciones. Los códigos, en cambio, tratan del comportamiento según principios éticos, su normatividad es no más mostrar una declaración de intenciones sobre la "misión" de una institución y la coerción real con que se imponen es pequeña, aunque en algunos casos se incluyen expulsiones de la asociación en cuestión. La ley es el acercamiento de más poder normativo y asigna con claridad los derechos, responsabilidades y deberes de cada uno.


SITUACIÓN ACTUAL DE LA ÉTICA DE LA INFORMÁTICA


La proliferación de estudios existentes sobre la EI está teniendo repercusiones en la formación de los informáticos. Desde hace ya casi dos décadas, la asociación norteamericana ACM recomienda que un curso del tipo de la disciplina que estamos analizando en estas páginas sea parte de los programas de estudios de la carrera de informática. Solo en las instituciones universitarias de EEUU se impartieron más de 400 cursos de EI en 1996, sobre un total de 300 un año antes. En el caso español, en algunos pocos centros se está comenzado a impartir esta disciplina.
En la revista Computers and Society se ha llevado a cabo durante varios números del año 1996 una recopilación bibliográfica de artículos y otras publicaciones relacionadas con la EI. Tras la lectura de algunas de las más de mil referencias que ahí se citan y apoyados en los comentarios de Kenneth Laudon podemos decir lo que sigue sobre la situación actual de la EI:
- No puede decirse que la naciente literatura de EI esté, en general, suficiente-mente asentada en las teorías éticas, ya sean clásicas o contemporáneas. Los términos clásicos que se utilizan en el análisis del comportamiento ético (por ejemplo, normas, consecuencias, colectividad, individuo, positivismo, fenomenología, etc.) no se tienen suficientemente en cuenta en esta reflexión de la EI. Sin embargo, algunos autores son excepción y sí analizan las distintas situaciones según teorías éticas concretas: Johnson y Berleur contrastan a veces puntos de vista consecuencialistas con kantianos; Holvast analiza el deontologismo, el consecuencialismo y lo que él llama el relativismo ético; Kling analiza con teorías de Rawls, Kant y de los utilitaristas el caso de control en el trabajo por medio del ordenadores, etc .
- Mucha literatura existente tiene una orientación individualista. Se centra más en lo que tienen que hacer los empleados, directivos o diseñadores como personas individuales implicadas en las tecnologías de la información. Se habla menos de que es bueno o ético en cuanto a organizaciones, instituciones o corporaciones. Se dedica más tiempo a tratar sobre la elección moral del trabajador que a las elecciones de las organizaciones y sus gestores. Tampoco se dedica mucho espacio a los usos políticos de las tecnologías de la información o a consideraciones éticas sobre una sociedad intensiva en información. Falta una sistematización de la EI, indicando problemas, niveles de análisis, caminos recomendados. En este punto es una excepción la iniciativa ImpactCS, en la que un conjunto de expertos en impacto social y ética de la informática quieren atender de manera sistemática a distintos niveles de reflexión en lo que respecta a esta disciplina.
- La literatura existente es más sociológica que ética; es menos prescriptiva o normativa que descriptiva. En general no se ofrecen principios de actuación o respuestas a las preguntas "debe" (qué debería hacer yo como persona, que debería hacer yo y los míos como organización, qué normas sociales deberíamos promover, que leyes debemos tener...). El objetivo de la EI no es solamente proponer análisis sobre "sociología de la informática" o sobre la evaluación social de las tecnologías (technology assessment) sino ir algo más allá en el sentido de proporcionar medios racionales para tomar decisiones en temas en los que hay en juego valores humanos y dilemas éticos.

CONCLUSIÓN


Hemos analizado la situación de esta nueva disciplina que se denomina Ética Informática. Para ello hemos comenzado este estudio con un título, "¿Qué es la ética de la
informática?", que no es original, sino que es el mismo que encabeza un artículo de James Moor escrito en 1985, What is Computer Ethics?, que se ha convertido en un clásico de la EI y que ha sido publicado en casi media docena de sitios.
Tras la presentación de esta nueva disciplina, Ética Informática, podemos concluir que estamos ante un intento serio de proponer una reflexión sistematizada de los aspectos éticos de una de las características más relevantes de nuestro mundo: la dimensión informacional de la sociedad. La EI forma parte de la "vuelta a la ética" que se está dando en el pensamiento filosófico y en otros campos de la actividad social, que se traduce en ámbitos técnicos en evitar la absolutización de la racionalidad instrumental y del pragmatismo técnico. El que la ciencia avance y la técnica ofrezca cada vez mejores soluciones a problemas prácticos no quiere decir que los problemas éticos o las cuestiones de sentido queden resueltos de manera satisfactoria o no tengan ya lugar. Los problemas éticos, sociales o de sentido de una sociedad no se resuelven simplemente con un progreso tecnológico, en este caso un progreso en las tecnologías de la información.
De lo anterior podemos también concluir que estamos ante nuevos retos tanto en el mundo profesional, como en el mundo educativo. Los códigos deontológicos informáticos pretenden responder a las cuestiones éticas que surgen en la vida profesional. Sin embargo, no son una respuesta suficiente a los problemas derivados de la tecnificación de las profesiones, aunque sí un medio de plantearse los problemas y concienciarse de la relevancia de los mismos. Por otro lado, la EI supone un reto para la vida educativa, en el sentido de que educar en concienciación ética ha de ser también parte de los curricula de los centros de enseñanza e investigación informática. Como se ha indicado antes, el sistema educativo español lleva en esto bastante retraso comparado con el norteamericano. El reto de proponer una reflexión ética resulte significativa para los informáticos está todavía por llevarse a cabo. Por otro lado, esta reflexión debería tener matices propios que no supongan un seguimiento literal de los patrones anglosajones que, por ejemplo, pecan de individualismo y utilitarismo.
Terminamos con un apunte sobre la misma expresión "ética de la informática". Si Moor hablaba de la EI como el estudio del impacto de los ordenadores, años más tarde Bynum habla del impacto de la tecnología de la información (TI), aunque hoy en día sería más propio hablar ya del impacto de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC). Pues bien, la expresión misma "ética de la informática" puede quedar obsoleta y habrá que buscar una expresión que incluya no solo a la informática sino a todo el conjunto de las tecnologías de la información y las comunicaciones.


LOS DIEZ MANDAMIENTOS DE LA ÉTICA INFORMÁTICA.

1. No usarás una computadora para dañar a otros.

2. No interferirás con el trabajo ajeno.

3. No indagarás en los archivos ajenos.

54. No utilizarás una computadora para robar.

5. No utilizarás la informática para realizar fraudes.

6. No copiarás o utilizarás software que no hayas comprado.

7. No utilizarás los recursos informáticos ajenos sin la debida autorización.

8. No te apropiarás de los derechos intelectuales de otros.

9. Deberás evaluar las consecuencias sociales de cualquier código que

desarrolles.

10. Siempre utilizarás las computadoras de manera de respetar los derechos de

los demás.