20 de marzo de 2012

Filosofía de la Ciencia y de la Técnica: La adicción a las redes sociales.

Crecen las consultas por adicción a internet en la Argentina.


Los centros de tratamiento para adicciones reciben consultas por el uso excesivo de la web desde 2002, pero entre 2010 y 2011 se duplicaron por el furor por las redes sociales

"Lo que es alarmante es el crecimiento de la proporción (de consultas). El problema empezó a aparecer en 2002 con el auge de los cibercafés. Hay que estar siempre atento al límite entre el uso de las tecnologías y la adicción", dijo a la agencia de noticias AFP Inés Valdéz, psicóloga de la Fundación Manantiales, una comunidad terapéutica que desde hace 20 años trata distintos tipos de adicciones.

Agregó que en la institución "las consultas por adicción a internet se duplicaron en 2011 respecto de 2010".

La dependencia de las drogas ilegales sigue estando en el tope de las adicciones, seguida por los medicamentos, el alcoholismo y la ludopatía. Pero las consultas por la adicción a la tecnología o tecnoadictos aumentan sin pausa.

En la Red Asistencial Buenos Aires, las tecnoadicciones representan entre 20% y 30% de las consultas telefónicas, aunque éstas no siempre derivan en un tratamiento.

En tiempos de hiperconectividad, quizás lo más difícil sea percibir cuándo el uso de internet pasa a ser una cuestión patológica y no sólo una expresión de las nuevas conductas juveniles.

"Hay adicción cuando el uso afecta la vida escolar o laboral de la persona, cuando fracasa en el intento de parar, cuando se aísla, deja de comer, se queda despierto toda la noche para poder seguir conectado. Personas que si se olvidan el celular se vuelven agresivas, buscan Wi-Fi por todos lados, ahí se produce un estrés tecnológico", agregó Valdéz.

Juan Carlos Mansilla, del Centro de Estudios y Estrategia de Adicciones de Salud Pública, de la estatal Universidad Nacional de Córdoba, afirmó que "internet genera conductas de riesgo sobre todo para los jóvenes. Pero la adicción muchas veces está asociada a otras faltas, como las dificultades para las relaciones interpersonales".

Las redes sociales como Facebook o Twitter son espacios que permiten "una anomia, construir una pseudoidentidad, una idealización de la realidad y de los vínculos", alertó Mansilla.

Así se plantean nuevos problemas, porque "detrás de esa anomia hay un otro real y el joven gana en vulnerabilidad", explicó.

Según Mansilla, una de las dificultades para abordar la problemática es que "lo tecnológico tiene una gran reputación social, no tiene el estigma que tiene el uso de drogas químicas, pero el funcionamiento del adicto es igual".

"Si me olvido mi celular en casa, me quiero matar", admitió Nicolás Goldstein, de 21 años, quien, pese a reconocer que está "todo el tiempo conectado para estar informado", niega ser un tecnoadicto.

A Nicolás la relación con el teléfono celular no le cortó su vida social ni laboral, pero siempre hay a quien le moleste la obsesión por lo tecnológico.

"Los amigos a veces se quejan si te la pasás mirando el smartphone, pero la mayoría de ellos tiene uno. Tengo un amigo que se cansó y bloqueó todo y lo utiliza como un teléfono común, pero es el único", señala el joven, que trabaja en un servicio de atención telefónica al cliente de una empresa de cable y conexión a internet.


(Infobae.com, marzo de 2012)

14 de marzo de 2012

Filosofía de la Ciencia y de la Técnica: Adiós al papel... Los recursos on line.

Por qué la Enciclopedia Británica le dice adiós al papel.


Ante el dominio de Wikipedia y los recursos on line, la tradicional publicación anunció el retiro de su edición impresa para enfocar sus esfuerzos en las ediciones electrónicas para Internet y los dispositivos móviles


Después de 244 años, la Enciclopedia Británica -famosa fuente de inspiración de Jorge Luis Borges- ha decidido dejar de publicar su célebre edición impresa. Durante siglos, la colección de 32 pesados volúmenes representó la síntesis de todo el conocimiento humano.

¿Por qué decide ahora decirle adiós al papel?

A pesar de su imponencia, su inconfundible olor y agradable textura, la realidad es que su contenido se desactualiza muy rápido. "Sabíamos que esto iba a ocurrir", admite Jorge Cauz, presidente de la Enciclopedia Británica.

"Una enciclopedia impresa es obsoleta en el minuto en que se imprime", explica Cauz, y agrega: "por su parte, nuestra edición en Internet se actualiza constantemente".

"Las ventas de enciclopedias impresas han sido insignificantes durante varios años", agrega el presidente de la compañía, que tiene su sede en Chicago, Estados Unidos.

Los editores de la Enciclopedia Británica -o Encyclopædia Britannica , tal es su nombre original en latín- anunciaron que solo existirá una versión en línea, una vez que logren vender las existencias actuales de cerca de 4.000 colecciones. La última edición de papel, por lo tanto, será la de 2010.

En sintonía con los tiempos que corren, la publicación se centrará ahora en su expansión digital, en medio de la creciente competencia de sitios web como Wikipedia

La empresa, que solía vender sus enciclopedias de puerta en puerta, ahora genera casi el 85% sus ingresos con las ventas en línea, especialmente a bibliotecas e instituciones educativas. De forma reciente, lanzó una versión digital de la enciclopedia para tabletas.

MUCHO MÁS RÁPIDO

Las empresas de todo el mundo intentan impulsar su presencia en línea, en un intento de sacar provecho de ese mercado de rápido crecimiento. En sólo dos años las ventas de libros electrónicos se triplicaron, según datos de la Asociación de Editores de EE.UU.

Varios periódicos, revistas e incluso casas editoriales lanzan cada vez más versiones online de sus productos ya que un número creciente de lectores elige acceder a la información a través de dispositivos como las tabletas y los teléfonos inteligentes.

La Enciclopedia Británica dijo que si bien su decisión de centrarse en las ediciones en línea fue influenciada por el cambio en el patrón de consumo, la capacidad de actualizar el contenido en un corto plazo también jugó un papel muy importante.

Al mismo tiempo, los usuarios frecuentes de la enciclopedia dicen que prefieren utilizar la versión en línea más que la de papel.

"Tenemos que contestar miles de preguntas cada mes a través del chat, por teléfono y por correo electrónico, y tenemos que hacerlo tan pronto como sea humanamente posible", explica Richard Reyes-Gavilán, de la Biblioteca Pública de Brooklyn, Estados Unidos.

"En muchos casos, hacer una búsqueda por palabra clave en Internet es mucho más rápido que ponerse a contemplar el índice de la Enciclopedia Británica y luego encontrar el volumen adecuado".

En los últimos años la Enciclopedia Británica -la empresa- se ha alejado de su trabajo en la enciclopedia para volcarse más a la venta de herramientas educativas. La pregunta ahora es cuántas personas pagarán los 70 dólares al año que sale acceder al servicio on line, teniendo acceso gratis a Wikipedia.

Al fin de cuentas, todo dependerá, de cuánto valoren la venerable reputación de la Encyclopædia..


Los otros retirados.

No es la primera ocasión en que una tradicional publicación abandona este segmento abocarse a otros ámbitos. En el caso de la enciclopedia Encarta , Microsoft decidió dejar de editar su producto, vigente desde 1993, tras perder terreno ante el avance de iniciativas como Wikipedia.

(Marzo de 2012)

13 de marzo de 2012

Filosofía de la Ciencia y de la Técnica: El libro electrónico.

El uso de eReader en los Estados Unidos sigue en aumento, según los resultados de una encuesta realizada en línea por la empresa Harris Interactive. Así como el pasado verano un quince por ciento de estadounidenses utilizaban un dispositivo de lectura como el Kindle, el iPad o un Nook, siete meses más tarde esta cifra se ha duplicado: tres de cada diez adultos utilizan un lector electrónico.

Para la realización de la encuesta, esta empresa entrevistó a más de dos mil adultos en una semana durante el pasado mes de febrero. Paul Biba, fundador de Teleread, ha recogido los resultados de The Harris Poll y los ha recopilado en un post publicado en su blog.

Lo primero que se destaca es el hecho de que a diferencia de otros dispositivos tecnológicos, en este caso no se observa una gran división por edades en el uso de lectores electrónicos. De cara al futuro, un trece por ciento de estadounidenses confiesan que están dispuestos a comprarse un eReader en los próximos seis meses, un setenta y siete por ciento lo ven poco probable y un diez por ciento no están seguros.



Pero ¿cómo afecta el aumento de los eReader a la lectura?

Según los resultados de esta encuesta parece que de forma positiva, especialmente para aquellas empresas editoriales que adopten líneas de producción de libros electrónicos. En cuanto a los hábitos de lectura de los poseedores de un eReader: tres de cada diez confiesan leer unos veinte libros de media al año, uno de cada cinco lee entre once y veinte, y una cuarta parte lee algo más de seis. Si se toman los datos de frecuencia lectora de aquellos que no tienen un dispositivo de lectura: uno de cada cinco no lee ningún libro a lo largo del año, un diecinueve por ciento lee apenas dos y un veintiuno por ciento lee entre tres y cinco títulos. El saldo, pues, parece estar a favor del grupo de lectores que han dado el salto a los dispositivos electrónicos.

La encuesta demuestra unos resultados similares en cuanto a los comportamientos de compra: más de un tercio de los que no utilizan un lector electrónico, no compran ningún libro a lo largo del año. Por otro lado, uno de cada cinco usuarios de eReaders compran más de veinte libros al año, y un veintiuno por ciento compra entre once y veinte títulos.

A la luz de todo ello, ¿se podría afirmar que ha muerto el libro impreso? Según esta encuesta no, aunque cada vez resulta más fácil imaginarse un mundo con menos libros impresos. En definitiva, lo que estos datos vienen a demostrar es que sea Apple, Barnes & Noble o Amazon quien impulse este cambio, la cuestión verdaderamente importante es el cambio en sí y no su artífice.


(de Lectura Lab, marzo de 2012)

Filosofía: Acerca de Giordano Bruno.

Sigue vigente pensamiento de Giordano Bruno ante los fundamentalismos

Reconoce fraile dominicano que la idea de creer en la verdad absoluta provoca la muerte de la propia religión, ciencia, filosofía, etc.





A 412 años de que Giordano Bruno fuera quemado en la hoguera acusado de herejía por la Santa Inquisición, su pensamiento es aún vigente frente a la embestida de los fundamentalismos (entre ellos el religioso), que creen poseer la verdad absoluta, afirmó el profesor Nuccio Ordine.

En entrevista, Ordine, uno de los máximos expertos mundiales en la obra del filósofo, escritor y fraile dominicano italiano, resaltó que existe un creciente interés internacional en Bruno, como lo demuestran las nuevas traducciones de sus escritos en varios idiomas, incluido el chino.

"En este momento estoy coordinando las traducciones de Bruno en China, en Japón, en Rusia, en Brasil, en Rumania, en Polonia, en España. Hay un interés planetario por la obra de Giordano Bruno", destacó.

Consideró que probablemente ello se debe a que temas que Bruno fundó están todavía a la orden del día, como el religioso, pues el filósofo nacido en 1548 en Nola -sur de Italia- vivió en el Renacimiento el drama y la tensión de las guerras de ese cariz que ensangrentaron a Europa.

"Bruno comprendió lo que es el fundamentalismo, es decir que la idea de poseer la verdad absoluta en religión o en cualquier campo, como la ciencia o la filosofía, provoca la muerte de la propia religión, la muerte de la ciencia, la muerte de la filosofía", subrayó el experto.

Resaltó que el fraile quemado en la hoguera de la plaza Campo dei Fiori de Roma, el 17 de febrero de 1600, combatió la idea de que existe una sola verdad absoluta, pues para él significaba una búsqueda continua.

"Para Bruno la vida del filósofo es ir en busca de la verdad que se le escapa continuamente. Su posición es contra los fundamentalismos religiosos, contra una idea de verdad absoluta, que es una cosa de gran apertura" vigente en el mundo actual, dijo Ordine.

Dijo que a diferencia de lo que dicen pensadores que creen poseer la verdad absoluta, y quienes consideran nihilistas a los enemigos de ésta, Bruno planteaba la búsqueda de la verdad también como diálogo y tolerancia frente al otro.

Acotó que la prueba de que Bruno no era un nihilista fue su propia muerte, en la hoguera, a la que fue condenado por defender sus ideas.

Para el autor de obras como "El umbral de la sombra" (publicada en español), el problema es que cuando alguien cree poseer la verdad se siente autorizado a imponerla con la fuerza "por el bien de la humanidad".

En ese sentido, "Bruno consideraba que no existiendo una verdad absoluta, el hombre debe aprender a convivir con la multiplicidad y entonces debe aprender a dialogar con los otros", resaltó el experto, que ha impartido cátedra en universidades de alto prestigio como las de Yale, Harvard o Sorbona, además de ser profesor en la de Calabria.

Dijo que otro tema actual tratado por Bruno es el de la autonomía de la filosofía y la ciencia respecto a la religión, lo mismo que afirmaba que para conocer la naturaleza era necesario mirarla naturaleza y explicarla "iusta propria principia" (en palabras del filósofo renacentista Bernardino Telesio) y a nada más.

Indicó que otro punto importante por el cual Bruno es de gran actualidad tiene que ver con la unidad del saber, de la que fueron representante personajes como Leonardo Da Vinci o Miguel Angel Buonarrotti, que eran al mismo tiempo pintores, escultores, científicos o arquitectos.

"Bruno decía que si separamos los saberes se pierde una visión unitaria y global del universo, por lo que la ultra especialización, que es hoy un serio riesgo que corremos, lleva a una concepción del saber fuertemente especializado que estudia lo particular, pierde de vista lo universal", acotó.

Pero Bruno también se refirió a la filosofía como un modo de vivir y, según Ordine, "actualmente nuestro drama es que hay una escisión profunda entre el pensamiento, lo que yo pienso, y lo que yo soy".

Para el experto ello es muy evidente en el mundo de la política, en el que se habla de mérito, de honestidad y luego resulta que los políticos se comportan exactamente al contrario de lo que predican.

Igualmente, aseguró, vio con claridad que la filosofía y el pensamiento no pueden ser sometidos al dinero y a la ganancia, sino que deben ser libres, pues cuando los filósofos comienzan a ser pagados y a estar al servicio de un interés, ello significa el fin de la filosofía.

"Esto es vigente, porque cuando la ciencia no es libre porque los gobiernos se desentienden de la llamada investigación de base y piden a las universidades financiarse privadamente, significa que la investigación se pone al servicio de la tecnología y del mercado", concluyó.

Giordano Bruno (1548-1600), filósofo y poeta renacentista italiano, estudió en la orden de predicadores la filosofía aristotélica y la teología tomista, pero los abandonó en 1576 para evitar un juicio en el que se le acusaba de desviaciones doctrinales e inició una vida errante que le caracterizaría hasta el final de sus días.

Visitó Génova, Toulouse, París y Londres, donde residió dos años, de 1583 a 1585, su periodo más productivo, al escribir La cena de las cenizas, Del universo infinito y los mundos, Sobre la causa, el principio y el uno y Los furores heroicos. Posteriormente reinició su errancia, que lo llevó a París, Marburgo, Wittenberg, Praga, Helmstedt y Frankfurt.

Su siguiente parada fue su tierra, Italia, donde fue denunciado ante la Inquisición de herejía, de lo que tras un largo proceso fue sentenciado a morir en una pira en Campo dei Fiori, Roma.


(La jornada en línea, México, marzo de 2012)

Filosofía: Filosofía y América latina.

¿Hubo Filosofía en América Latina?

Asociamos la filosofía a creadores alemanes, austríacos, franceses y en menor grado británicos. Al hablar de filosofía en castellano se nos vienen pocos autores a la memoria. Quizás la asociación mental más veloz sea con José Ortega y Gasset (1883-1955) y Miguel de Unamuno (1864-1936). Ni por asomo se nos ocurre que existan nombres en América Hispana.

Tales consideraciones son erróneas. Sí hubo filósofos relevantes en castellano y sí que ha habido filosofía en América Hispana. La poca asociación de las letras españolas con la filosofía guarda relación con el idioma. El castellano ha ganado divulgación en otros terrenos, incluso el teológico, mas dista de haber difusión internacional sobre las ideas producidas por españoles e hispanoamericanos. Ello es desafortunado, porque la filosofía es una de las mejores formas para entender como individuo y sociedad se sitúan a sí mismos ante los grandes problemas humanos. Haciendo un ejercicio sobre la historia de las ideas hispanoamericanas se puede romper con muchos preconceptos y captar mejor cómo se construyó la América Hispana.

En tal sentido es afortunado el trabajo de Alain Guy en La Filosofía en América Latina, traducido por Blas Matamoro para Acento Editorial (1998). Es de esos libros filosóficos que uno incautamente aborda como sencillos al ver que son de presentación humilde y poco volumen. La experiencia enseña que esos libros aparentemente modestos sobre filosofía y poesía son las lecturas más exigentes que existen.

El libro de Guy tiene un matiz adicional interesante: incluye el caso de las colonias tanto españolas como portuguesa. El libro revela que hubo una considerable comunicación entre pensadores latinoamericanos y europeos. Mas aún: hay filósofos europeos que se rescatan con esta obra y cuya influencia en América Latina fue significativa.

En esta primera entrega cubro el período entre la colonia y las primeras décadas del Siglo XX. Me he encontrado muchas sorpresas y ojalá que ocurra otro tanto con el lector.

La primera novedad es que se desestima el trabajo filosófico hecho por los religiosos católicos. Los primeros trabajos filosóficos hechos en América Latina son generados por religiosos provenientes de las cuatro grandes universidades ibéricas: Alcalá, Salamanca, Coimbra y Évora. El primer criollo del que se tiene noticias que publique es D. Alfonso Briceño (1590-1667), quien trabajó en Lima, Santiago de Chile y Caracas. Hubo entre los religiosos un ataque contra instituciones como la Inquisición, siendo ejemplo de ello el filósofo venezolano Juan Antonio Navarrete.

La reseña biográfica sobre este último la he encontrado en el Diccionario de Historia de Venezuela publicado por la Fundación Polar (2da. Edición, 1997). Vivió entre 1749 y 1814. Este franciscano dominaba el griego, latín, francés, inglés e italiano, perdiéndose su obra de ¡40 obras en 17 volúmenes!, archivada en el Convento de San Francisco de Caracas. Como dice el Diccionario: “Su carácter abierto y amante de la libertad le llevó a defender en sus últimos años la independencia y a ser, por ello, sus prédicas objeto de expediente en el Tribunal Eclesiástico de Caracas en 1811”. Valga el ejemplo para mostrar que dista el pensamiento religioso católico de ser institucional y que en él se preservó el saber grecolatino.

Otros religiosos filósofos sufrieron persecución por las autoridades eclesiásticas, como pasó con Navarrete. Es la situación del pensador a que Guy considera como el criollo más interesante en la época colonial: el mexicano Benito Díaz de Gamarra (1745-1783). Sufrió varios ataques, censura y hubo de abandonar México más de una vez. Su obra más poderosa tiene el atractivo de haber sido escrita en castellano – las precedentes lo eran en latín – y se llama Errores del Entendimiento Humano. En ellos considera que hay 24 fallas en nuestro razonamiento y considera que provienen o bien de la salud, o de la sabiduría humana o de la moral.

La experiencia religiosa que más dio para crear una filosofía autóctona fueron las reducciones jesuitas vigentes en Paraguay y el Norte Argentino. Este tipo de sociedades comunitarias permanecieron cerca de 150 años en vigor hasta la expulsión jesuita por el monarca hispano Carlos III. La persecución contra los jesuitas fue también emprendida por Portugal y Francia, al punto que en 1773 el papa Clemente XIV abolió la orden, la cual sólo alcanzó cobijo en Rusia bajo Catalina la Grande y sería restablecida en 1814 por el papa Pío VII. Filósofos jesuitas fueron el argentino Luis de Tejada, João Cruz Costa y un caso notorio es el de José Antonio de San Alberto, quien hizo un catecismo para los indígenas. Siguiendo a Guy respecto a los jesuitas “al revés de los tomistas, que privilegiaban la gracia y la predestinación, exaltaron constantemente el libre albedrío”. Sobre las reducciones jesuitas, víctimas de la expulsión ordenada por Carlos III en 1767, un pensador notable fue José Manuel Peramás (1732-1793), quien en Italia publicó obras en las cuales “exalta la tarea emancipadora de las reducciones comparándola con los primeros cristianos que ignoraban la propiedad privada y con Platón”. El caso a mi juicio fue una experiencia más comunitarista que comunista, la cual sin duda entusiasmará mucho a quienes estén contra los extremos del capitalismo liberal y el totalitarismo bolchevique.

Sí que es interesante resaltar con estos apuntes que los religiosos católicos abordaban los temas filosóficos y evitaban este reduccionismo contemporáneo que percibo al debatir estos asuntos con místicos modernos, quienes creen que Dios es la respuesta a todos los problemas humanos. Aún como católico, considero que Dios nunca nos releva respecto a la responsabilidad de pensar. Además, si Dios fuera la respuesta absoluta, entonces un terrorista de la yihad ya ha encontrado la solución a las cuestiones humanas. Esta suerte de nuevo fanatismo simplista desencaja con la facultad divina conferida al hombre mediante la cual este piensa, elige y construye. Ni bajo la Inquisición se cayó en estos extremos actuales en que incurren algunos, olvidando que nunca tenemos una percepción definitiva sobre Dios y que Dios dista de ser excusa para el quietismo.

Continuando con la filosofía, el salto hacia la independencia conoce una exaltación sobre la Ilustración. El sacerdote Juan Manuel Fernández Agüero (argentino, quien vivió entre 1772 y 1840) señala en sus Principios de Ideología (1824) un párrafo elocuente: “Actualmente, la faz del mundo ha cambiado y las luces han penetrado hasta nuestros lejanos países, al grito de libertad”. Y aún así, ensaya ya un liberalismo de corte romántico y sensorial: “Pensar en siempre sentir, y nada más”. Incluso en las naciones que más tardíamente alcanzaron la independencia, como Cuba, está la obra libertaria, destacando el eclesiástico Antonio Saco y López (1791-1879), quien en 1875 publica una Historia de la Esclavitud donde “reclama la abolición de la esclavitud, la tolerancia y la independencia de Cuba”. Considérese que en Cuba la esclavitud estuvo sin abolirse hasta 1880 – en Puerto Rico lo fue en 1873 y Brasil fue la nación occidental que más tarde hizo este acto humanitario: 1888-.

Entre los filósofos independentistas está el caso del venezolano Andrés Bello (1781-1865), quien desarrolló su obra en Chile. Según señala Guy: “el teórico más filosófico y pedagógico de las poblaciones iberoamericanas fue el inolvidable maestro venezolano Andrés Bello que asimiló a fondo el mensaje de las Luces y lo repensó de una manera muy personal”. Este eminente intelectual es el primer seglar a quien hago referencia. Concilió la labor intelectual con el servicio público. En 1843 fue Rector de la Universidad de Chile y redactó el Código Civil chileno. Guy considera que su pensamiento fue “una filosofía inédita, síntesis de liberalismo, sensualismo y renovado espiritualismo, que se podría denominar realismo experimental”.

De alguna manera Bello fue también fue un filósofo del lenguaje, si bien su aproximación fue esencialmente la del gramático. Guy dice: “También habría que hablar de la Gramática de la Lengua Castellana (1851), donde Arturo Andrés Roig percibe un presentimiento de la semiótica contemporánea en América Latina. Lo mismo vale para su Análisis ideológico de los tiempos de la conjugación castellana (1841)”.

Por una temporada el romanticismo invade la América Hispana. Hay adeptos al pensador alemán Johann Gottfried von Herder, (1744-1803), sobre quien ha escrito Isaiah Berlin y quien se opone al racionalismo propio de la Ilustración. En sintonía con él, los iberoamericanos “valorizan lo concreto de las particularidades nacionales y aún local, en función de las vicisitudes de la historia”. La figura más destacada fue el ecuatoriano Juan Montalvo (1832-1889), sobre quien Guy señala: “Deísta a la manera de Voltaire, admiraba las virtudes morales de las minorías dirigentes griegas y romanas”.

En cualquier caso, el movimiento latinoamericano más poderoso en el Siglo XIX fue el positivismo. Sobre esta filosofía nacida en Europa la verdad es que conocía poco y me he obligado a leer. Siguiendo a Britannica.com el positivismo es una corriente filosófica en la cual se rechaza la especulación metafísica y se confiere el pensamiento a la experiencia derivada de la observación y la experiencia.

El padre de la criatura es el francés Auguste Comte (1798-1857), cuya divisa de “Orden y Progreso” fue adoptada por la bandera brasilera en 1889. Según menciona Guy, citando a Antonio Gómez Robledo, “En Brasil, el positivismo no fue solamente una filosofía teorética y una religión organizada; fue más aún: una fuerza política de una importancia tan grande que llenó una función imposible de desdeñar en el advenimiento de la República”; en efecto, el emperador brasilero Pedro II fue derrocado en 1889 y es allí cuando nace el Brasil republicano.

Comte, según señala François Aumbral en Los Filósofos -otro libro de la misma colección en la cual está incluido el de Guy-, considera que la historia ha atravesado tres estados: “Piensa Comte que la humanidad ha atravesado tres edades: la edad teológica, la edad metafísica y la edad positiva. En la edad teológica, el hombre está dominado por las fuerzas trascendentes: las religiones fetichistas, politeístas y monoteístas sirven para explicarle los fenómenos naturales y dan sentido a su existencia. El poder absoluto, la esclavitud y la omnipotencia de los ejércitos caracterizan esta edad. Le sigue la edad metafísica: en ella, el hombre deja sus antiguas creencias teológicas, que sustituye por principios de razón abstractos que atacan igualmente el poder absoluto. Es el momento de la Revolución, que destruye el orden antiguo sin lograr implantar otro nuevo. Por último llega la edad positiva: con ella se inaugura un método científico que ‘consiste esencialmente en sustituir en todas partes la inaccesible determinación de las causas por la simple búsqueda de las leyes, es decir, de unas relaciones constantes que existen entre los fenómenos observados”. Britannica añade: “la Humanidad alcanza su madurez plena de pensamiento sólo tras abandonar las falsas explicaciones de las fases teológica y metafísica y sustituyéndolas con una irrestricta adherencia al método científico”.

Para el positivista, al retirar a un objeto sus cualidades observables simplemente desaparece todo. La especulación metafísica es para ellos un ejercicio inútil sobre algo a lo cual el gran arte ya da respuestas, especialmente la poesía y la música.

En esta línea de pensamiento hay resonancias de la física construida por Newton, ecos de Descartes y mucho racionalismo. En algún acuerdo estuvo John Stuart Mill (1806-1873), el símbolo del liberalismo económico y defensor del utilitarismo.

La filosofía positivista albergaba un optimismo considerable sobre las posibilidades humanas. Su creencia en el progreso es característica y está fundada en la ciencia y el conocimiento empírico. El universo está allí para conocer sus leyes fundamentales de funcionamiento y desentrañarlas para provecho humano y social.

En EEUU el movimiento tuvo también popularidad, influyendo en el pragmatismo de filósofos como Charles Sanders Peirce, William James y John Dewey.

Los padres fundadores argentinos fueron positivistas convencidos y admiradores de EEUU, coincidiendo con la época en que Argentina alcanzó el apogeo, entre 1852 y 1929 (fue la primera nación latinoamericana donde se recibió un premio nobel y posee tres premios de esta índole en ciencias). En tal línea trabajaron Juan Bautista Alberdi (1810-1884) y Domingo Faustino Sarmiento (1811-1888), ambos perseguidos por la tiranía de Juan Manuel de Rosas (1793-1877), la cual fue derrotada en 1852 y con insólita ignominia está conociendo rehabilitación en la historiografía hecha bajo tutela oficial conducida por la viuda Kirchner.

Alberdi escribió su monumental Bases y puntos de partida para la organización de la Confederación Argentina (1852) y según Guy “realista y aún pragmatista, aconseja la adopción del modelo de vida norteamericano. Se pueden leer con interés doctrinario su novela Peregrinación de Luz del Día (1878) y sus Ideas para presidir la confección del curso de filosofía contemporánea, imbuidos de un ‘positivismo autóctono’”. En el caso del presidente Sarmiento, Guy afirma: “Partidario resuelto de un liberalismo integral (sobre todo en cuanto a la economía) admiraba a Estados Unidos y recomendó una profunda reforma de la educación pública, en un sentido práctico y realizador”.

En el plano ético, el médico argentino José Ingenieros (1877-1925) alcanzó gran resonancia, manteniéndose en publicación hoy día su El Hombre Mediocre (1914). Guy considera sobre este autor que “admite la posibilidad del esfuerzo moral dirigido por la generosidad hacia el progreso humanitario. Denuncia el egoísmo del hombre vulgar, creyendo que las transformaciones de la moral son producidas por los hombres virtuosos y los santos. Sin duda, como positivista seguro de sí mismo, rechaza toda ontología y cualquier metafísica, pero hacia el final de su corta vida, acepta que la ciencia es incapaz de explicarlo todo”.

En la experiencia brasilera positivista, con gran efecto institucional, se tiene también una grata realización social: el primer nombre femenino en el compendio de filósofos. Se trata de Da. Nisia Floresta (1809-1885), quien incluso trabó amistad con Comte. Esta pensadora “gaúcha” trabajó en Rio Grande do Sul.

En el caso cubano está el pensador positivista José Varona y Pera (1849-1933), quien produjo una valiosa colección de aforismos en Con el eslabón (1919). De allí proceden citas formidables como estas:

“Nuestra vida es un borrador que corregimos sin cesar y que nunca terminamos de pasar a limpio”.

O bien:

“En la fundación de la libertad, todos deben ser fundadores. Esto significa que su encarnación debe realizarse en el espíritu del pueblo, y que es un Verbo que debe subir desde lo más profundo hasta lo más alto. Si sólo florece en la conciencia de las minorías, no es más que una planta efímera, una bella orquídea sin raíces”.

Ya antes de la Primera Guerra Mundial empieza a cuestionarse al positivismo. Desde Europa llega la figura seminal de Henri-Louis Bergson (1859-1941). Este pensador fue galardonado con el Nobel en 1927. Se ha olvidado a filósofos que como él obtuvieron ese reconocimiento y disfrutaron de popularidad en su día, como Bertrand Russell y Jean-Paul Sartre, siendo que es preciso rescatar a tales titanes. Begson, de raíces hebreas y simpatizante del catolicismo, tuvo el coraje para presentarse como hebreo ante el gobierno colaboracionista con los nazis de Vichy. Su pensamiento, en el cual tuvo relevancia la física de Einstein (quien visitó Argentina y Brasil en 1925), considera que el racionalismo tiende a considerar el tiempo como algo estático. Anticipa ya la diferencia entre intuición y análisis. Siguiendo a Britannica.com, para él “Hay, por tanto, dos moralidades o mejor, dos fuentes: una tiene sus raíces en la inteligencia, la cual lleva a la ciencia y su estática, el ideal mecanicista; la otra está basada en la intuición, encontrando su expresión no sólo en la creatividad libre del arte y la filosofía, sino también en la experiencia mística de los santos”. La psicología contemporánea (por ejemplo Daniel Kahneman), ha formalizado esa distinción entre lo intuitivo y racional-analítico.

En Bergson está el concepto de dinamismo, rechazando un tiempo estático y lineal por una experiencia más subjetiva, la “duración”; siguiendo a Aubral, “esta duración subjetiva y ‘móvil’ de la conciencia no se da más que en la intuición, ‘percepción inmediata’ o ‘simpatía intelectual por la que nos transportamos al interior de un objeto para coincidir con lo que tiene de único’”.

Bajo el influjo de Begson se rescatan la metafísica y la estética, como reacción ante el positivismo. De tal espíritu está dotado el peruano Alejandro Octavio Deustúa (1849-1945), quien tiene un logro notable en su gran tratado de 1922, Las ideas de orden y libertad en la historia del pesamiento humano. En ella, según Guy “opone dos temas antagónicos, el orden – símbolo de tranquilidad – y la libertad – en la cual se encarnan la espontaneidad individual, la fantasía y el espíritu inventivo-. Según él, el orden siempre ha predominado en el mundo y ha ahogado sistemáticamente a la libertad. Sin duda un simulacro de equilibrio fue intentado por el Imperio Romano, pero el cristianismo con sus dogmas, hizo reinar el peso de la institución sobre todas las aspiraciones a la libertad. La Reforma y el Renacimiento, incluso la Era de las Luces, no cambiaron casi nada en cuanto a tal opresión. En revancha, el siglo XX nos ofrece unas considerables posibilidades de liberación si las sabemos utilizar (…). Con Bergson, nuestra época se adscribe a la libertad, en un impulso supremamente desinteresado, pero el cataclismo de la Primera Guerra Mundial nos hizo retroceder. Hay que retomar con coraje nuestros esfuerzos. En esta emancipación, el papel esencial lo desempeñará el arte”. El peruano formula esta formidable cuestión: “¿Es la estética la maestra de la libertad?”.

En su línea estuvo el mexicano Antonio Caso y Andrade (1883-1946), quien considero tres estadios humanos: económico, desinterés y caridad. En el estadio segundo, “el mundo del arte y de lo bello, que surge junto con cierta trascendencia, al menos natural y humana. En él, devenimos capaces de elevarnos hasta la contemplación estética, superando la estrechez de nuestro campo visual”. Su compatriota José Vasconcelos (1882-1859) se adscribe también a Bergson y proclama en la Ética de 1932: “La emoción aporta un tercer término desconocido por la filosofía clásica; a la sustancia extensa, el mundo exterior, a la sustancia pensante, la inteligencia, hemos de añadir la sustancia significante, la existencia dotada de sentido, el nuevo y tercer órgano del saber; la emoción, que descubre y domina lo real”.

En esa época tiene su génesis un movimiento más duro contrario al racionalismo. Hasta el momento ni sombra de marxismo y se podría decir que fue una época feliz, entusiasta, incluso cándida. Ahora bien, ya va quedando claro que América Latina distó de estar aislada en el mundo filosófico y sus pensadores mantuvieron comunicación epistolar con las mentes europeas más privilegiadas y hasta les trataron personalmente.

En la próxima entrega seguiré elaborando. Ya se anticipa que hablaré sobre un tiempo más convulso. Ya ha llegado, sin aviso y el de verdad: el Siglo XX.

Por: Carlos Goedder .
(El diario exterior.com, Madrid, marzo de 2012).

3 de marzo de 2012

Filosofía y Etica: Artículos de Jaime Barylko.

1-ELOGIO DE LA IMPERFECCION

Mis discusiones con Jaia:

A menudo uno discute con la esposa. Cosa eminentemente natural. Si siempre coincidiéramos en todo, la vida sería un infierno.

A menudo, por supuesto, Jaia -así se llama mi cónyuge- me hace notar mis defectos.

Entonces pienso, pienso cómo defenderme, y finalmente, después de haber revisado toda mi biblioteca de filosofía, in mente, le digo: -¿y qué querés, che? Nadie es perfecto...

Y es así como uno zafa, y la discusión termina porque no tiene más de qué alimentarse.

No, no somos perfectos:

Y yo les digo la verdad, si supiéramos, en serio, que nadie es perfecto, probablemente la vida sería más dulce. No sin discusiones, repito, porque sería un infierno de aburrimiento, pero con menos ferocidad.

Este concepto de nuestra imperfección merece ser ahondado.

Atendamos a las reflexiones de Ortega y Gasset sobre este tema, el de la perfección:

"Esta palabra perfecto arrastra un equívoco fundado en su etimología. Perfecto es originariamente lo concluído, lo acabado, lo finito; luego significa también lo que contiene todas las virtudes y las gracias propias a su condición, lo insuperable. Hay pues una perfección que se conquista a fuerza de limitarse".

Lo perfecto es lo concluido y cuando decimos que, por ejemplo, esta pieza teatral que vimos es perfecta, decimos que no podría ser de otra manera que lo que es; nada se le puede quitar, nada se le puede agregar. Lo perfecto sería el camino delineado. Lo imperfecto, el camino se hace al andar, imprevisible, vital, sorpresivo. Perfectas son las máquinas, las cosas, y los animales en estado natural. Son todo lo que son. Sale la vasija de manos del alfarero y es todo lo vasija que esa vasija, según determinación de su hacedor, puede ser.

Nace el potrillo, y al rato ya está parado, y al rato ya está realizando el programa caballar que está ínsito en él.

El hombre es im-perfecto. No está concluido. Nace y debe hacerse, construirse, darse una identidad.

De la imperfección brota la libertad. De la libertad, la fantasía, la imaginación. Ni yo soy ni el mundo es. Lo voy haciendo mientras me va haciendo, interminablemente.

Decía el Martín Fierro:

Recuerda José Hernández en el gran Martín Fierro:

"Dios formó lindas las flores,
delicadas como son:
les dio toda perfección
y cuanto él era capaz;
pero al hombre le dio más
cuando le dio el corazón".
Toda perfección para flores, plantas, estrellas, plumas.
Para tí, la imperfección, el corazón.

¡Qué mudable es el corazón!¡Nunca es!¡Siempre está siendo, muriendo, naciendo, vibrando, queriendo! Hermosa imperfección.
Pero el hombre, repetimos a José Hernández, nace y es más de lo que es, es más porque puede ser más, otra persona, otro ser o manera de ser, porque podría no ser ese hombre que es. Yo podría no estar casado, renunciar a tener hijos, podría no haber estudiado humanidades y haber estudiado matemática, que también me apasionaban, podría...

Ese podría enmarca mi imperfección, porque lo que puede no ser como es, es imperfecto. Y de esa imperfección nace mi libertad, porque entre tanto podría ser, debo elegir y decidir. Y aun cuando haya elegido no se me acaba la imperfección ni la libertad, porque mañana -en muchos temas de la vida- podría elegir de otra manera, y optar por otra vía, por otra vida.

"Pero al hombre le dio más cuando le dio el corazón"

Aun aquellos que discuten el tema de la razón, en cuanto también los animales, aunque en proporciones menores, disfrutan de ella, no se atreven a afirmar que tengan "corazón". Corazón es lo que uno siente, la piedad, la ternura, el miedo, la esperanza, el amor, la envidia. El delirio, en fin.

Según Pascal, el corazón tiene sus razones que la razón desconoce. Este corazón, estas pasiones que bullen dentro de mí me hacen cambiar de animo y de ser. Mudable, mutable, eso soy porque me dieron de más, me dieron el corazón.

Terapia conyugal:

Y si tu cónyuge adopta, alguna vez, una actitud de dureza contrincante, decile que espere un minuto, traé este artículo, leéselo, y a la mitad... abandoná la guerra.

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2-AUTORREALIZACION:

Las Grandes ideas:


Sé tú mismo, fue el lema del siglo. Autorrealización. El siglo XX, heredero del romanticismo y de Russeau, del ideal del héroe. Cada uno tiene que eser héroe de su propia existencia y no someterse a libretos de los demás. Era el ideal de Voltaire, de Víctor Hugo, de los que decapitaron al rey de Francia; no sólo para que no hubiera más rey, sino para que tampoco hubiera más gente que se creyera enviada por Dios para dictarles a los demás las normas de su vida.

Era el ideal de la Enciclopaedia. Que significa "educación envolvente del universo". Que cada uno se educara y aprendiera a ser, y a dominar su voluntad y sus vocaciones. Ese fue el ideal.

El tiempo fue pasando, los ideales quedaron inscritos en libros, en algunas cabezas, en academias, y la humanidad se lanzó a la autorrealización pero despojada de esa exigencia de que para realizarse hay que saber qué, cómo, hacia dónde, de dónde.

De eso se olvidaron.

El individualismo se impuso, y cada cual a hacer la suya, la que le salga.

Y ahora todo consiste en escribir avisos en los monumentos públicos:

-¡Juanita, te amo!

-¡Manolo, te esperé todo el día y no viniste!

-¡Pichón, feliz cumpleaños!


¿Qué se hizo por la autorrealización?



¿Y qué se hizo con las ideas?

Se hizo nada. El tú mismo resultó un fiasco de aerosoles que escriben signos ininteligibles u otros inteligibles en parques, plazas y calles de la ciudad y del mundo.

Y nadie entre esos niños o niñas, eso es lo lamentable, fue feliz.

Al buscarse, ¿qué encontraron?

Nada, y rencor por encontrar nada

Lejos de expresar alegría y gusto por ser ellos mismos, los jóvenes gritan la ferocidad de su insatisfacción con su insatisfacción.

Causada por los viejos, claro está.

Los jóvenes son siempre cosa de viejos.

Al respecto, escribía George Steiner:

"Para la mayoría de la gente, lo derivativo de las experiencias dentro de una cultura clásica significa una igualdad de participación en los tesoros de sentimientos definitivamente más grande de la que las sensibilidades ordinarias podrían descubrir por su cuenta".

La educación de antes, dice Steiner y explico yo, con el perdón de Steiner, la educación de antes, la que obligaba a todos por igual a leer a Homero y recitar a Darío y contar a Quiroga, permitía que todos por igual cultivaran dentro de sí una sensibilidad que en principio les venía prestada por otros autores, por otros tiempos, por otras circunstancias, por otras vidas.

La vida propia ampliaba así el perímetro de su experiencia y, aunque fuera de prestado, vivía más, sentía más, se preparaba más para eventuales sentimientos o emociones.

La fuerza de Romeo y Julieta, de Paolo y Francesca se trasladaba a la experiencia propia cuando estabas presto a dar el primer beso de amor de tu vida. Era tu amor dentro del Amor.

La vida es como el agua, es cauce. No me fatigo de repetirlo, hasta que yo mismo lo aprenda...



3-¿Quién vio alguna vez agua?

No se enoje, pero, créame, usted nunca vio agua. Sí, seguramente la vio, pero no esa agua. Era agua en un vaso, agua en un río, agua entre cielo y tierra. Siempre dentro de un marco.

El agua en sí no existe, quiero decir sin cauce.

¿Vio usted alguna vez agua? Usted dirá que sí, pero es una forma incorrecta de expresarnos.

El agua que conocemos, que vimos, siempre estuvo dentro de un continente, una jarra, un cauce de río, entre costas, entre montañas, frente a algo, dentro de algo.

No, el agua así, pura, sin nada más, no existe.

Así es la vida, así el amor, así todos nuestros mayores sentimientos y los más sublimes anhelos.

Algo debe canalizarnos.

El amor no brota de la vida como hongo espontáneo y benéfico. Es una convulsión sentimental que toma forma en conceptos y maneras que una cultura le imprime.

La literatura, el teatro, el cine, la religión, le han dado el cauce.

Por eso es indispensable la cultura como mediadora para que nuestros sentimientos, las pasiones, los deseos, tomen algún cauce, sigan algún modelo; inclusive para poder luego rebelarse contra el modelo, el cauce y practicar la libertad de elegir otro rumbo.



4-Todos los sueños son extremistas:

El siglo XX soñó la vida sin represiones, el agua sin cauce, los sentimientos sin maneras, la libre expresión sin continente. Fue un sueño.

Todos los sueños son extremistas y no pueden ser de otra manera. Era una revolución contra el autoritarismo de los siglos anteriores, contra la imagen castradora del Padre Súper Yo que nos perseguía con látigos, tijeras, cadenas.

Supimos romper cadenas. Y luego nos quedamos libres.

Y también vacíos, porque no supimos tejer las nuevas urdimbres dentro de las cuales tu sentimiento y el mío podrían tejerse en busca de un diseño e, inclusive, repito, para que nos rebelemos contra el diseño que los otros nos imponen.

Pero rebelarse es construir, justamente.

Es tener contra qué y a favor de qué vivir.

El siglo XX cultivó el "contra qué". El "a favor de qué" aún no lo supo construir. Esa es su crisis. Por eso, los jóvenes se divierten tanto y al mismo tiempo están tan tristes, tan vacíos, y tan des-esperados.

¿Qué quieres que esperen?

¿Qué mundo les legaste de esperanzas, objetivos, anhelos, fines, para que puedan esperar o elegir un horizonte?

Los modelos ahora vigentes están en el cine, en el video: fragmentos de sexo ligados con fragmentos de brutalidad y la sangre que se derrama y las tripas que se destripan.

¿Cómo no estar triste entre tanto despilfarro de alegría ruidosa?

¿Por qué hay tanto ruido, dime?

Para acallar el tremendo gemido del vacío.

Etica: Una moral atea.

Artículo de Louise M. Antony publicado en The New York Times. Antony imparte clases de filosofía en la Universidad de Massachusetts. Escribe sobre problemas de género, la mente y, más recientemente, sobre filosofía de la religión. Editó en 2007 el libro 'Filósofos sin dioses', una antología de ensayos por filósofos ateos. El título original de este texto es un juego de palabras: 'Good Minus God: The Moral Atheist'.

Quedé entusiasmada al leer recientemente que los ateos ya no son el grupo más repudiado en Estados Unidos: según los científicos Robert Putnam y David Campbell, hemos sido superados por el Tea Party. Pero mientras lanzaba porras a mis compañeros apóstatas (¡Estamos en segundo lugar!, ¡estamos en segundo lugar!), me pregunté de nuevo: ¿por qué tanta gente está en contra de los ateos?

Percibo que muchos creen que ateísmo implica nihilismo- que rechazar a Dios significa rechazar la moral. Una persona que niega a Dios, razonan, debe de ser, si no mala en acto, al menos indiferente a consideraciones sobre el bien y el mal. Pues, ¿por qué el diccionario incluye 'maldito' como sinónimo de 'ateo'? ¿Y no es verdad que Dostoievski dijo que 'Si Dios está muerto, todo está permitido'?

No es así (y conste que Dostoievski no dijo que lo fuera). El ateísmo no implica nada.

Sin embargo, admitamos: algunos ateos son nihilistas (desafortunadamente, son los que más llaman la atención). Pero su repudio de la moral deriva de un cinismo previo hacia la ética. Según los ateos nihilistas, la 'moral' es un cuento de hadas que sirve para controlar en lo posible nuestro egoísmo bestial. La creencia en deberes y prohibiciones debe caer al comprender que no hay un retribuidor en el más allá. Sólo contamos con el egoísmo más o menos ilustrado.

El anterior es un punto de vista hobbesiano: en el estado natural, no hay lugar para 'las nociones de bueno o malo, justo o injusto'. Pero ningún ateo tiene por qué estar de acuerdo con esta visión de la moral, y muchos no lo estamos. Nosotros, 'ateos moralistas', no vemos el bien y el mal y sus respectivas consecuencias como premios y castigos de un chantaje divino. Más bien afirmamos que los valores son inmanentes en la naturaleza; se desprenden de la vulnerabilidad de los seres sentientes y de la capacidad de los seres racionales para reconocer y responder a esas vulnerabilidades y capacidades de los otros.


Esta visión de la base de la moral es altamente compatible con las creencias religiosas. En verdad, todos aquellos que creen que Dios creó a los seres humanos a Su imagen y semejanza convienen en que hay una dimensión moral en las cosas y que somos capaces de aprehenderla porque hemos sido hechos a la imagen de la divinidad. Así, muchos teístas (como muchos ateos) creen que hay un valor moral inherente al ser. Las cosas no son buenas porque Dios las prefiera; Dios las prefiere porque son buenas. Al menos eso me enseñaron de niña (crecí católica): podemos ver que Dios es bueno por las cosas que nos manda hacer. Si ayudar a los pobres no fuera bueno en sí, no 'adornaría' a Dios decir que la caridad es un deber.

Podrá sorprender a algunas personas saber que los creyentes toman esta posición, pero no debería ser así, porque esta postura no solamente es consistente con creer en Dios; es, sostengo, una posición más devota que la opuesta. Sólo si la moral es independiente de Dios podemos tener una base moral para cumplir sus mandamientos.

Permítame explicar las razones. Primero examinemos con rigor las consecuencias de subordinar la moral a la existencia de Dios. Consideremos estos cuatro juicios morales (que me parecen obviamente ciertos):

--Está mal sacar de sus casas a las personas o matarlas para quedarnos con sus tierras.

--Está mal esclavizar a la gente.

--Está mal torturar a los prisioneros de guerra.

--Quienquiera que atestigüe un genocidio, esclavización o tortura, tiene la obligación moral de intentar detenerlo.

Decir que la moral depende de la existencia de Dios equivale a decir que ninguno de los anteriores juicios morales es verdadero a menos que Dios exista. Me parece una afirmación notable. Si resulta que Dios no existe, ¿sería buena la esclavitud? ¿No habría nada malo en la tortura? ¿El dolor de otro ser humano no significaría nada?

Pensemos ahora en nuestras relaciones personales -en cómo queremos a nuestros padres, hijos, compañeros de vida, a nuestros amigos. Decir que el valor moral de estos individuos depende de la existencia de Dios es lo mismo que decir que estas personas no valen nada en sí mismas. Que la preocupación que sentimos por su bienestar no tiene mayor significado ético y equivale a la atención que mucha gente brinda a sus yates o carros. Significa que las relaciones históricas que valoramos, los rasgos de carácter y personalidad que amamos no son nada en sí mismos. Nuestra preocupación por los demás está justificada sólo por alguien más: Dios. (Imagine decirle a su hijo: 'No eres digno de amor por ti mismo. Sólo te quiero porque amo a tu padre, y mi deber es amar lo que él ama).

¿Qué puede provocar que alguien piense así? Irónicamente, la respuesta es: la misma imagen de moralidad que tiene el nihilista ateo. La única clase de 'obligación' posible es la que se logra con promesas de recompensa, amenazas y castigos. Esa cosmovisión no halla valor intrínseco en los seres. Para alguien que piensa que el dolor del prójimo no es en sí mismo una razón para ayudar, o que el bienestar del ser amado no basta para sacrificarse, sólo Dios soberano queda entre nosotros y la guerra de todos contra todos, como dijo Hobbes.

Parecerá un juicio severo sobre muchos teístas que suscriben la Teoría de los mandamientos divinos -sostienen que lo moralmente bueno es lo que Dios ordena. Defensores de esta teoría dicen que explica muchas cosas que los estudiosos de la moral ateos no pueden justificar, y por esto es preferible creer en Dios. Por ejemplo, argumentan que los ateos no pueden explicar la objetividad de la moral -cómo puede haber verdades morales independientes de las actitudes, voluntad o conocimiento del ser humano, y cómo las verdades morales tienen valor universal. Es verdad que la Teoría de los mandamientos divinos puede explicar estos asuntos. Si Dios existe, existe independientemente de los seres humanos y sus actitudes. Lo mismo sus mandamientos. Si no inventamos a Dios, entonces tampoco inventamos sus mandamientos, de lo cual se sigue que tampoco inventamos la moral. Podemos ignorar la voluntad de Dios y así confundirnos acerca de qué es moralmente bueno. Debido a que Dios es Omnipresente, sus mandamientos valen para t
oda la gente, todo el tiempo y en cualquier lugar.

Cualquier cosa que los dioses amen -¡eureka!- es piadosa. Pero ¿y si cambian de opinión?

De la Teoría los mandamientos divinos se sigue que los hechos morales son objetivos. El problema es que no se sigue que los hechos sean morales. Los mandamientos de un tirano tendrían su sello. Si la Teoría de los mandamientos divinos quiere explicar la Moral, también debe explicar qué es lo que hace bueno a Dios.

El problema que señalo es antiguo, lo expuso Platón. En su diálogo 'Eutifrón', éste intenta explicar a Sócrates su concepto de piedad: 'Los actos piadosos son aquellos que los dioses aman'. Pero Sócrates encuentra que la definición es ambigua y revira: '¿Los actos piadosos son piadosos porqe los dioses los aman o los dioses los aman porque son actos piadosos?.'

¿Cuál es la diferencia? Si la primera lectura es correcta, es el amor de los dioses lo que da a un acto su cualidad de piadoso. Según esta alternativa, 'piadoso' es 'algo que los dioses aman'. Cualquier acto que los dioses amen -¡eureka!- es piadoso. Si los dioses cambian de preferencias por capricho (y eso hacían, si Homero sabía su trabajo), las acciones piadosas son otras. En contraste, en la segunda interpretación de Sócrates, los actos píos tienen una propiedad sustancial y distintiva en virtud de la cual los dioses los prefieren, una propiedad que explica por qué los dioses los aman.

La teoría que apoya la segunda opción -llamémosla 'Teoría de la independencia de la divinidad'- sostiene que la bondad de una acción es independiente y antecedente a la voluntad de Dios. Dios pudo ordenar esta acción o su opuesta, pero, de hecho, Él sólo ordena la buena.

Tanto la Teoría de los mandamientos divinos como la 'Teoría de la independencia de la divinidad' hallan una correspondencia perfecta entre las clases de acciones que Dios ordena y las clases de acciones buenas. La Teoría de los mandamientos divinos dice que el mandato de Dios explica por qué los actos son buenos -por definición. Aquí 'bondad' no tiene contenido independiente. Decir que Dios elige el bien es como decir que el primer meridiano está a cero grados de longitud. En cambio, la Teoría de la independencia de la divinidad' establece que la bondad esencial de una acción explica por qué Dios la ordena. Detalla que la bondad de Dios consiste en que siempre escoge lo bueno. Captamos la bondad moral y es por eso que podemos apreciar la bondad de Dios.

La Teoría de los mandamientos divinos es aun más radical y bizarra que el nihilismo hobbesiano ya mencionado. Desde una perspectiva nihilista no se supone que un poder soberano genere obligación moral -la 'moralidad' sería una ilusión. Pero la Teoría de los mandamientos divinos insiste en que los valores dependen de lo que Dios mande. Cualquier acto puede ser 'bueno', 'correcto' o 'malo'. Si Dios ordena que se coma Usted a sus hijos, sería 'bueno' comérselos.

Las consecuencias son pasmosas desde el punto de vista religioso. Si 'moral' significa 'ordenado por Dios', no podemos tener razones morales para obedecerlo. Lo obedeceríamos por prudencia, por nuestro propio interés. Dios es extremadamente poderoso y puede hacernos sufrir si lo desobedecemos, pero lo mismo puede decirse de los tiranos, y no tenemos obligación moral (hablando en términos ordinarios) de obedecer a los tiranos (incluso podemos tener la obligación moral de desobedecerlos). Lo mismo sucede en cuanto a adorar a Dios. Podemos considerar conveniente halagar o aplacar a una persona tan poderosa, pero Dios no merecería ni alabanza ni tributo.

En este sentido estimo más piadoso considerar que la moral es independiente de la existencia de Dios. Si el término 'bueno' no es un epíteto vacío que le colgamos al Creador, quienquiera o lo que sea resulte ser, los hechos sobre lo que es bueno deben ser independientes de otras propiedades de Dios. Si lo 'bueno' ha de tener fuerza normativa, debe ser algo que podamos entender aparte de lo que mande un ser omnipotente y omnipresente.

¿Y los ateos? Creo que lo ya expuesto pone en claro que la capacidad de comprender la dimensión moral de nuestros actos no tiene nada que ver con nuestras creencias religiosas. Nuestros aliados más confiables en cualquier batalla moral serán quienes respondan a la dimensión ética de la vida, ya sea que la conciban en términos religiosos o no. No se pierde la moral al renunciar a Dios y no se la encuentra necesariamente al hallarlo a Él.

Quiero concluir concediendo que hay cosas que uno pierde al renunciar a Dios. Y no son cosas insignificantes. Lo más importante: se pierde la garantía de redención. Suponga que comete Usted una acción moralmente terrible, por la cual no puede dar compensación; algo que tal vez no pueda perdonar un ser humano. Imagino que la promesa de que Dios lo perdonará si hace Usted un acto de contrición es un pensamiento que trae tranquilidad Y alivio. Usted no puede tener esa esperanza si es ateo. En consecuencia, debe Usted vivir y descidir sabiendo que cada acción contribuye, de una u otra forma, al único valor que su vida puede tener.

Algunos piensan que si el ateísmo es verdadero, nuestros actos se vuelven insignificantes. Pienso lo contrario: se vuelven enormemente más importantes.

(de Filosofía Noticias", febrero de 2012)

Filosofía: Filosofía, crisis, utilidad...

Cayetana Martínez: "La filosofía es como una escalera que nos lleva de un lugar a otro”

Convencida de que la filosofía tiene potencial para convertirse en una disciplina innovadora en tiempos de crisis la filósofa española Cayetana Martínez motivó al público de TEDx Pura Vida a acercarse a este saber milenario. Martínez es una joven de 25 años, emprendedora social y se dedica al desarrollo de proyectos y metodologías relacionados con la filosofía.



Ella está convencida de que esta disciplina debe salirse de las aulas académicas y de los foros especializados tan reducidos para así conquistar otros espacios de gran trascendencia para la sociedad.

“La filosofía es la disciplina innovadora que puede apoyar a otros saberes planteándoles preguntas diferentes para buscar soluciones diferentes”, declaró.

Pero, según Martínez, la filosofía debe dar un giro y remozarse para poder insertarse en otros campos como la política, la economía, la tecnología. En su opinión, la filosofía debe renovarse en cuanto a formatos, debe hacerse visible y demás ampliar sus temas para involucrar a todas las personas y no solo a un minúsculo grupo de expertos.

“¿Cuál es la diferencia entre un filósfo y un ingeniero?. Cuando les conté a mis amigos ingenieros que haría una presentación en TEDX me dijeron: ¿qué vas a decir de la filosofía en 18 muntos si no da para tanto?.Y mis amigos filósofos me dijeron que era muy poco tiempo”, bromeó.

“La filosofía se debe esforzarse por mostrarse de manera directa breve y clara. Además debe buscar la manera de hacerse visible”.

Al mismo tiempo invitó a empresas a incorporar filósofos dentro de sus planillas para colaborar con soluciones innovadoras a problemas eternos.

Martínez declaró que el modelo tradicional de difundir la filosofía –una aburrida conferencia impartida por un señor que habla por horas frente a unos pocos– es obsoleto y es urgente encontrar formatos más atractivos.

“Una actitud filosófica ante la vida es plantearse preguntas todo el tiempo. La filosofía es como una escalera que nos lleva de un lugar a otro y conecta distintos saberes en torno a soluciones”.

Actualmente Martínez dirige el proyecto “Exitus”, dedicado al desarrollo y la implantación de la filosofía en toda la sociedad, a través de la formación, el desarrollo de metodologías filosóficas para organizaciones.

(La Nación. Aldea Global. Costa Rica)

Filosofía: Entrevista al filósofo español Carlos Iglesias.

Reportaje acerca de la obra 'El nacimiento de las Ciencias Filológicas', de Carlos Iglesias.
Carlos Iglesias.Filósofo
Perteneciente a la Escuela Filosófica de Oviedo, Carlos Iglesias presenta su última obra, 'El nacimiento de las Ciencias Filológicas'

-El libro es un abordaje a las ciencias humanas. ¿Cuál es su definición de las mismas?
-Son las ciencias que necesitan un texto para constituirse como tales, precisan de una historia detrás. Las fundamentales son la historia, la lingüística y la historia de la filosofía, aparte de las que se derivan de ellas.
-No obstante, usted se muestra crítico con al gunas concepciones que actualmente se tiene de las ciencias humanas...
-En aquellos casos en que se las concibe en el sentido débil de la palabra, se puede ser muy crítico. La lingüística tiene partes sistematizadas en las que se puede considerar una ciencia fuerte, en el sentido que explica Gustavo Bueno, o sea, capaz de prescindir hasta cierto punto del sujeto cognoscente.
-La traducción de una lengua a otra es una de las vertebraciones de su análisis. ¿De qué modo?
-La traducción supone enfrentamiento -que es un principio elemental del materialismo-. Contra lo que suele decirse, unas lenguas son superiores a otras y, en consecuencia, las primeras destruyen a las segundas. O, si se quiere, las encauzan a modo de afluentes a un río principal.
-De otro lado, examina la historia de la filosofía.
-Que es una de las ciencias humanas más potentes. La filosofía funda nuestra civilización, siempre emparentada con las ciencias. Tales fue el primer geómetra.
-Gustavo Bueno está muy presente en el enfoque del texto. Saliéndonos a un margen, ¿qué opina de quienes lo sitúan hoy en posiciones demasiado conservadoras?
-Que no lo han leído. Es coherente con toda su trayectoria. Se declara católico y ateo, porque reconoce -como es evidente- la tradición católica en la base de nuestra civilización.
-¿No lo es también Grecia?
-Por supuesto. Recomiendo que lean 'La metafísica pre-socrática', uno de sus libros más geniales.
-Parafraseando otro de sus títulos, ¿qué papel ocupa la filosofía en el conjunto del saber actual?
-Prácticamente, ninguno... Los libros de enseñanza que circulan se han reducido exclusivamente a la ética. No son tiempos favorables a la filosofía. Por ahora. Pero la filosofía es la única ciencia que históricamente nunca sucumbió. Ocurre que en este periodo ha venido a ser sustituida por opinadores... Es el resultado de un cambio social enorme, ya digo, por ahora, que ha rebajado su papel en distintos planos, incluyendo el político tras la muerte del marxismo.

(El comercio.es)